☕Hola, después de leer la edición de hoy, entenderás mejor el narcisismo, desde lo cotidiano a lo patológico, y qué relación tiene con la autoestima.
Narcisista: conducta, rasgo o estructura
El continuo narcisista: el semáforo de la gravedad
Por qué es importante hablar del narcisismo
⏳ Tiempo de lectura: 7’30 min.
En 2009, Kanye West subió al escenario de los MTV Video Music Awards en directo, le arrancó el micrófono a Taylor Swift y dijo: “Solo quiero decir que Beyoncé tenía uno de los mejores vídeos de todos los tiempos”.
La imagen quedó grabada a fuego en la memoria de la cultura popular. Más allá del bochorno televisivo, lo que escandalizó fue el gesto de absoluta indiferencia hacia la ganadora, irrumpiendo con un sentimiento de superioridad sobre el juicio ajeno, y buscando protagonismo con un escándalo vergonzoso.
Muchos lo etiquetaron de narcisista patológico.
Algo de razón tenían.
Pocas palabras se han distorsionado de forma tan veloz como “narcisista”, transformándose en un diagnóstico exprés, en meme de psicología influencer, o en un insulto desde la trinchera moral…
Se lanza a exparejas, jefes, influencers, políticos, y amigos egocéntricos, como sinónimo de egoísta, frío, manipulador, inseguro o vanidoso. Se ha popularizado la figura del monstruo abusador, carente de empatía.
En realidad, es algo más complejo. No todo lo que parece narcisista lo es, ni todo el que sí lo es, lo parece.
Narcisista: conducta, rasgo o estructura
El rapero desplegó comportamientos que denotan rasgos narcisistas en su personalidad. Pero, no es lo mismo actuar de forma narcisista que serlo.
Todos, en ciertos contextos, podemos mostrar conductas narcisistas porque detrás de ellas, hay necesidades de sostener la autoestima.
¿Quién no ha buscado validación tras colgar un logro en redes?, ¿quién no ha exagerado méritos en una conversación, o se ha sentido incómodo al ver a otro brillar más? Eso no significa que alguien lo sea.
Conviene hacer tres distinciones:
🔹 Conducta narcisista: acción puntual que busca atención, validación o superioridad en un contexto concreto. No define a la persona, pero sí ciertas necesidades emocionales detrás. Ej.:
— Presumir tras un logro, esperando reconocimiento.
— Defenderse con arrogancia ante una crítica.
— Interrumpir para redirigir la atención cuando otro recibe halagos.
🔹 Rasgo narcisista: característica de la personalidad, más estable y frecuente en distintos contextos. Sólo se deduce a partir del comportamiento o reacciones. Ej.:
— Grandiosidad encubierta o explícita
— Necesidad excesiva de valoración.
— Dificultad para empatizar
🔴 Estructura narcisista: organización de la personalidad en torno a rasgos narcisistas.
Cuando esta estructura es rígida y persistente, hablamos de personalidad narcisista patológica. Son personas atrapadas entre una necesidad de superioridad y una autoestima frágil, que se tambalea sin la validación externa.
Definiendo la personalidad narcisista
Grandiosos, arrogantes, necesitados de admiración constante, recurren a la manipulación o el desprecio para sostener su sentido de valía. Pueden ser encantadores en público, pero controladores o abusivos en la intimidad. Bajo la fachada de seguridad, habita una inseguridad crónica que convierte cada situación, en un escenario donde confirmar que sigue siendo especial.
Este patrón, cuando es persistente y disfuncional, se identifica con el diagnóstico de Trastorno Narcisista de la Personalidad (TPN). Hoy sabemos que no se expresa de una sola manera, distinguimos dos subtipos:
– Grandioso: visible, dominante, busca admiración mediante logros, poder o carisma (el TPN se refiere a este únicamente).
– Vulnerable: más encubierto, marcado por la inseguridad, sensibilidad extrema al rechazo y necesidad constante de aprobación.
El continuo narcisista: el semáforo de la gravedad.
Clínicamente, el TPN existe como diagnóstico, pero es apenas la punta de un iceberg cuando hablamos de narcisismo.
Todos nacemos con esa necesidad de ser vistos, admirados, sostenidos con la valoración. Forma parte del desarrollo emocional sano, y nos acompaña en la adultez.
Desear lograr objetivos, recibir reconocimiento por ello, dejar huella, es psicológicamente sano, el núcleo de un self fuerte que se siente suficiente, sin buscar el aplauso ni buscando aplastar a nadie.
En la infancia, pasamos por un proceso de "narcisización": recibir de las relaciones tempranas un refuerzo de que se es valioso, digno de ser querido, con un lugar en el mundo. Pero hay personas para las que ese proceso psicológico se ve perturbado y distorsionado, condicionando su forma de ser.
La investigación contemporánea considera que el narcisismo se presenta en un continuo de gravedad: desde formas adaptativas y necesarias, hasta expresiones disfuncionales y graves que generan sufrimiento —para uno mismo o los demás—.
🟢 Narcisismo normal (sano): autoconfianza, autoestima, capacidad de afirmarse, placer en obtener logros sin necesidad de aplauso constante. Respeto propio sin desprecio ajeno.
🟠 Narcisismo patológico: presencia de rasgos, dificultad para sostener la autoestima de manera estable, presencia de defensas o conductas compensatorias, que inflan su ego o rebajan a los demás. No hay diagnóstico.
🔴 Narcisismo patológico (TPN): diagnóstico clínico; grandiosidad, necesidad excesiva de admiración, falta de empatía, comportamiento manipulador o explotador. Entre el 1–6 % de la población, según estudios.
⚫ Narcisismo maligno: gravedad extrema, rasgos psicopáticos. No hay capacidad de vínculo, sólo es un vehículo para utilizar como objetos los demás. El Otro no existe: es utilizado, dominado, dañado.
Cuando alguien dice “ese es un narcisista”, suele referirse —con o sin saberlo— a que está en un nivel patológico del continuo narcisista: un patrón estable de grandiosidad, desvalorización ajena, necesidad excesiva de admiración y relaciones instrumentalizadas.
Recordemos que simplificar lo complejo y reducir a la persona a una etiqueta, es problemático y deshumanizante. Pasa de descripción diagnóstica a convertirse en un cajón de sastre de juicios morales, que separa entre un “ellos” narcisistas-malos, y un “yo” bueno, moralmente superior.
No olvidemos que todos, en distintos momentos y grados, transitamos por mecanismos humanos —más o menos conscientes—, buscando ser queridos, admirados o suficientes.
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Te quiero para quererme más
Todos somos narcisistas
Por qué es importante hablar del narcisismo
Hay dos razones por las que importa entender el narcisismo:
para ayudarte a identificar a los depredadores —narcisistas patológicos, psicópatas—; y para aprender a construir una autoestima sólida, que no dependa del aplauso ajeno ni se doblegue ante la lógica social enfermiza de perseguir estatus y reconocimiento.
No fue Instagram ni TikTok que crearon la cultura narcisista, pero sí le dieron un escenario. Hoy vivimos rodeados de discursos que nos empujan a ser especiales, destacar, acumular méritos, como si el valor como personas dependiera de cuánto nos miran, aplauden o envidian.
La autoestima no es una verdadera estima hacia uno mismo, si depende del espectáculo hacia fuera. Eso una condena a la fragilidad y a la dependencia de la validación externa.
Pero no culpemos solo al mundo; esa presión conecta nuestras propias necesidades emocionales. Todos queremos sentirnos únicos, importantes, queridos. Negar esas necesidades solo crea puntos ciegos, que nos impide llegar a la raíz de conflictos cruciales. O que las proyectemos en otros y les tachemos de “narcis”.
El camino pasa por integrarlas. En consulta, con todo paciente, busco comprender esta dimensión de su personalidad, para saber qué necesita demostrar, qué teme no ser, qué parte suya no se siente suficiente...
En ese mapa íntimo, descubro qué hay detrás de su armadura, y cimiento la base para construir una autoestima sana. Sin negar el ego, ni vivir una vida condicionada por él.
¿Qué necesitas lograr para sentirte valioso? ¿Qué ocurre cuando no te validan o admiran? ¿Compararte te hiere?
Estas preguntas pueden incomodar, pero revisar nuestro propio narcisismo es también revisar nuestra autoestima. El narcisismo sano es la base de una autoestima firme, valorarse sin hambre de admiración, sentirse digno sin necesitar sentirse superior.
Saber que eres valioso, aunque nadie esté ahí aplaudiendo.
También enseña a ver el narcisismo en otros con menos juicio y más claridad. Para no tomarlo como algo personal, ni esperar empatía de quien no puede darla.
Para poder poner límites sin culpa, y cerrar ciclos sin condenar.
Seguimos la semana que viene, un abrazo,
Hugo
PD:📩¿Estamos cada vez más rodeados de personas narcisistas?
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📑 Referencias bibliográficas
Kernberg, O. (2005). Desordenes Fronterizos y Narcisismo Patologico. Ediciones Paidos Iberica. (Original 1975)
Miller, J. D., Lynam, D. R., Hyatt, C. S., & Campbell, W. K. (2017). Controversies in Narcissism. Annual review of clinical psychology, 13, 291–315. https://doi.org/10.1146/annurev-clinpsy-032816-045244
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